Para evitar abusos y encarecimiento injustificado de productos de la canasta básica, es necesario contar con políticas públicas de seguimiento de precios, indicaron comerciantes en pequeño de la Ciudad de México.
Lo anterior, en virtud de los recientes aumentos en los precios del kilogramo de huevo, que ya oscila en los 40 pesos, así como los de carne de res y cerdo.
Por ello, solicitaron al gobierno federal revisar la cadena de producción y comercialización del huevo para establecer si los incrementos en el precio se originan por “causas naturales o por especulación y acaparamiento”.
El director de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo de la Ciudad de México, Enrique Guerrero Ambriz, señaló en conferencia de prensa la importancia de buscar la estabilidad del precio y regresarlo al costo de hace tres años.
Lo anterior, dijo, en función de que luego de realizar un seguimiento a productores “no hay razón para el aumento del precio del huevo”.
En ese sentido, expuso que se han observado fenómenos de estacionalidad, emergencias sanitarias o afectaciones climáticas que repercuten en el incremento de los precios de productos de la canasta básica, aunque “también es cierto que se han observado incrementos que no tienen ninguna explicación inmediata”.
Tal es el caso del huevo, así como de la carne de res que subió más de 40 por ciento en algunos cortes, mientras que la de cerdo pasó de los 70 a los 95 pesos por kilogramo.
Guerrero Ambriz deslindó a los comerciantes en pequeño de una acción unilateral para aumentar el precio del huevo, al calificar como “prácticamente imposible” que se pongan de acuerdo, por lo que, subrayó, sin una política de vigilancia de precios continuará la permanencia de estos fenómenos.
Abundó que en las semanas que lleva el aumento en el precio del kilogramo de huevo, los comerciantes redujeron sus ventas hasta 15 por ciento.
“Hacemos un llamado a la Secretaría de Agricultura, Ganadería Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), a la Secretaría de Economía y a la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) para que revisen toda la cadena de comercialización del huevo”, subrayó.
Así, dijo, es necesario verificar desde la producción hasta la venta final al consumidor para establecer si este incremento se origina por causas naturales o por la práctica de la especulación y acaparamiento.
En tanto, recomendó a los comerciantes en pequeño guardar comprobantes de la compra del producto, para que de esta manera puedan constatar que ellos no son quienes encarecen los precios.
Al respecto, señaló que los comerciantes consiguen el huevo en un promedio de 31 pesos en la Central de Abasto, de donde se desprende un margen de utilidad de entre 10 y 20 por ciento.
En cuanto al precio de este alimento en los centros comerciales, destacó que las presentaciones que se ofrecen son de cuatro y cinco huevos menos al kilogramo, lo que hace parecer al consumidor que en esos lugares no se ha incrementado el precio del producto.