Caracas.- La reciente escalada del dólar en el mercado paralelo de Venezuela se debe a las expectativas incumplidas que dejó la creación de un nuevo sistema gubernamental de subastas de divisas, comentó hoy el analista Francisco Faraco.
“El fenómeno se explica porque el Sistema Marginal de Divisas (Simadi) es un mecanismo que creó grandes expectativas que no han sido cumplidas”, recalcó Faraco, catedrático retirado de la Universidad Central de Venezuela (UCV).
Sostuvo que el Simadi, que entró en funcionamiento en febrero pasado, ha trabajado de manera “puntual” y con “restricciones” como numerosos requisitos para los demandantes y poca oferta por parte del gobierno.
El dólar en el mercado paralelo superó la barrera de los 280 bolívares la semana pasada, un precio 40 veces mayor al tipo de cambio oficial más barato de 6.30 bolívares en el marco del control de cambios vigente desde 2003.
Esto se produce apenas dos semanas después de que el Simadi comenzara sus operaciones con el fin explícito de “pulverizar” el mercado paralelo y con un precio de 177 bolívares por dólar.
Faraco indicó que los problemas en el mercado de divisas responden al agotamiento del control de cambios que ha sido incapaz de satisfacer el mercado, pero que el gobierno está imposibilitado de desmontar por los daños que causaría.
“Va a ser muy difícil eliminar el control de cambios porque sería un golpe demasiado fuerte para la economía, pero lo que deberían hacer es adecentarlo”, estimó el jefe de la firma “Francisco Faraco y Asociados”.
El economista lamentó que bajó el control de cambios actual “se dan los dólares a los amigos (del gobierno) y estos dan la espalda par a venderlos en el mercado paralelo”, lo que genera grandes fortunas a la sombra de la corrupción.
El modelo económico de la “revolución bolivariana” basado en las expropiaciones y los controles, subrayó Faraco, mermó la capacidad productiva del sector privado y volvió a Venezuela dependiente de las importaciones.
“El componente importado del Producto Interno Bruto (PIB) era un 15 por ciento en 1998 y ahora es del 40 por ciento del PIB”, precisó el economista para ejemplificar el daño causado al aparato productivo venezolano.
Sin embargo, la caída de los precios del petróleo, que en el último año descendió desde los 100 dólares a unos 50 dólares en la actualidad, han mermado la disponibilidad de dólares para importaciones del gobierno.
Esta sumatoria de problemas, abundó Faraco, es lo que ha causado “una inflación galopante y una escasez desbordada” que se mantendrán mientras el gobierno se niegue a cambiar el modelo económico socialista.