Monterrey.- Las situaciones por las que atraviesan muchas de las mujeres de Nuevo León les han exigido no sólo ser amas de casa, sino también jefas de familia, y la lucha para las madres solteras es aún más difícil.
Rosamina Pérez Ornelas tiene un pequeño negocio ambulante en la colonia Moderna, es madre de dos hijos por quienes lucha día con día para que continúen sus estudios.
Un pequeño puesto en donde vende frituras y dulces ha sido su fuente de ingresos desde hace 20 años.
La rutina de la señora Pérez Ornelas consiste en despertar a las 05:00 horas y comenzar a preparar todo lo que se necesita para la venta del día.
Arreglar un carrito ambulante en donde carga todos los productos para ir a su jornada de trabajo que concluye a las 19:00 horas, no para descansar, sino para limpiar todo aquello que fue utilizado.
El trabajo para una madre soltera no es nada fácil.
Labora día con día para pagar la renta de la casa en donde vive, además de pagar los servicios básicos.
A pesar de esto, Pérez Ornelas asegura que el motivo de su lucha constante es el presente y futuro de sus hijos para que sean hombres de bien.
Nacida en Tamaulipas, proveniente de una familia de escasos recursos, sin la oportunidad de educación y un problema de diabetes con el que ha vivido desde niña la orilló a viajar a Linares, Nuevo León, en donde trabajó en una tienda de abarrotes.
En viajes que hacia a la ciudad de Monterrey conoció al padre de sus hijos, quien nunca le brindó apoyo debido a sus problemas de alcoholismo.
Posteriormente tuvo a su primer hijo, pero debido a la situación económica por la que pasaba y estando embarazada de su segundo hijo, se dirigió a la ciudad de San Antonio, Texas, en Estados Unidos, con su hermano en busca de mejores oportunidades.
Sin embargo, relató que la vida en aquel país era muy difícil.
Cuando regresó al país, ahora a Monterrey, contaba con poco dinero y al estar a cargo de dos hijos, comenzó a trabajar, en la venta de tamales y productos cosméticos. para así rentar la casa en la que vive actualmente.
Vivió en unión libre con el padre de sus hijos, pero por problemas de alcoholismo se separó de él.
Antes de tener este negocio, Pérez Ornelas trabajó como afanadora y ayudaba en la limpieza de casas, posteriormente inició su negocio propio gracias que le fue brindado un carrito y mercancía para comenzar con su actual punto de venta.
A lo largo de estos 20 años de trabajo ha combinado su labor de madre y comerciante.
“He apoyado a mis hijos, queriéndolos y trabajando porque sé que tengo que darles un estudio y así no sufran como yo, porque si es muy pesado trabajar así, quiero que estudien para ellos y sus familias en un futuro”, enfatizó Pérez Ornelas.
El ser diabética desde niña le ha provocado ser hipertensa, sin embargo, esto no le ha impedido sacar adelante a sus hijos y aunque las situaciones le han generado deudas, su esfuerzo le ha permitido avanzar.