Miami.- Algunos grupos del exilio cubano consideran que las medidas implementadas por Barack Obama hacia Cuba sólo “seguirán alimentando a un régimen dictatorial”, pero otros creen que son un reto para ese gobierno que ya no podrá culpar a Estados Unidos de sus males.
“Mientras no exista libertad política y por consecuencia libertad económica no se puede hablar de cambios reales en Cuba”, dijo a Notimex, Janissete Rivero, dirigente de la organización Directorio Democrático Cubano (DDC).
“El turismo norteamericano y los negocios de empresarios norteamericanos con el régimen de La Habana no significan reforma alguna y más bien constituye más apoyo para el régimen que reprime al pueblo cubano y los activistas que luchan por el verdadero cambio democrático”, señaló Rivero.
Ramón Saul Sánchez, líder del Movimiento Democracia, dijo por su parte que las medidas “le mueven el tablero” al régimen de Cuba que ha sido tradicionalmente “una ficha rígida” en las relaciones con Estados Unidos.
“Hay grandes retos para el régimen y ahora el mundo podrá darse cuenta si en Cuba hay voluntad política para hacer cambios y que no es un bloqueo de Estados Unidos contra Cuba sino del régimen contra su propio pueblo como siempre lo ha sido”, señaló Sánchez
Indicó que una prueba de “la represión” se dio el pasado fin de semana cuando su representante en La Habana, José Díaz Silva, invitó a 70 personas a una reunión en su casa para discutir los cambios y la cita no se pudo realizar por la intervención de un centenar de agentes de la seguridad del Estado cubano.
Las cosas entre Estados Unidos y Cuba cambiaron con mucha rapidez el pasado 17 de diciembre cuando el presidente Obama y el gobernante Raúl Castro revelaron un acercamiento diplomático después de más de 40 años de tensas relaciones y nuevos planes.
En el sur de Florida, donde vive la mayor concentración de cubanos en el exilio, no hay una opinión coincidente sobre la nueva política.
Un sondeo de opinión de la firma Bendixen & Amandi International con 400 cubanoamericanos que viven en Estados Unidos arrojó que están casi parejos en la normalización de relaciones con Cuba, mientras tienen una ligera ventaja los que están en contra de la política.
Solamente el 35 por ciento de los cubanoamericanos que viven en la Florida, sin embargo, estuvo de acuerdo con el cambio de política.
El estudio también concluyó que hay un empate en la comunidad cubanoamericana, siendo los cubanos más jóvenes y los que emigraron después del “Puente del Mariel” en 1980 los que están más a favor de los cambios.
En general, una mayoría de los estadunidenses, un 63 por ciento, aprobó la decisión de restablecer lazos con Cuba, mientras que sólo una tercera parte piensa que ello llevaría la democracia a la isla, de acuerdo con otros sondeos del Cehtrro Pew.
Pedro Feryre, abogado experto en temas cubanos, dijo que lo cubanos del exilio tienen que reflexionar sobre muchas cosas, debido a que la idea de que Cuba como “tierra prohibida” ya no existe.
Mientras que Andy Gómez, asesor sobre temas de Cuba, afirmó que los congresistas cubanoamericanos “se enfrentan a un gran caso perdido”, estos señalan que no cejaran en su lucha por evitar cambios en las leyes estadunidenses hacia la isla en el Congreso.
La representante cubanoamericana, Ileana Ros-Lehtinen, exhortó a sus colegas legisladores a “hacer todo lo que sea posible para evitar que entre en efecto en Cuba esta desastrosa política”.