Las tarjetas Sin Hambre, con las que se apoya a las familias más necesitadas económicamente para que adquieran 15 productos básicos, son intransferibles, por lo que no pueden ser vendidas por los beneficiarios, puntualizó Diconsa.
Irene Pérez, coordinadora de Comunicación Social de la paraestatal, explicó que cuando los beneficiarios acuden a canjear los recursos de su tarjeta por artículos de primera necesidad una terminal da el nombre del titular, quien debe poner su huella digital.
En rueda de prensa, aclaró que no existe manera de que se puedan vender esas tarjetas ni los productos que se canjean, porque son de primera necesidad en beneficio de las familias más necesitadas.
La vocera de Diconsa subrayó que el organismo ha suscrito alianzas estratégicas con dependencias federales y organizaciones del campo y relacionadas con la nutrición para seguir siendo un pilar de administración básica del país.
Indicó que se cuenta con 27 mil filas comunitarias fijas, 300 unidades móviles, 146 Centros de Atención a Beneficiarios (CABE), 21 unidades operativas y 15 gerencias, en las que se atiende a los beneficiarios de la tarjeta Sin Hambre.
Para llegar a las familias más necesitadas Irene Pérez detalló que el Padrón de Beneficiarios lo aporta Progresa y las tarjetas las distribuye el Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi).
En tanto Diconsa se encarga de abrir las tiendas comunitarias o atender a la población de las zonas más alejadas del país a través de las unidades móviles.
Entre los productos de primera necesidad que se pueden canjear con la tarjeta Sin Hambre se encuentran lenteja, arroz, leche en polvo, huevo y harina de maíz, la mayoría de la marca propia de Diconsa.